Inicio > Historia y Patrimonio > El molino de Arcera "La Fábrica"
El molino de Arcera, conocido por todos como " La Fábrica", aparece ya en documentos del siglo pasado y su nombre proviene de "Fábrica de harinas", debido a que fue uno de los molinos más importantes de la comarca,"venían incluso de pueblos tan lejanos como Celada Marlantes o La Haya".
Siempre ha pertenecido a Arcera este molino, enclavado en el valle formado por el río Polla y lindante con Valdeprado del Río y Reocín de los Molinos; a él venían a moler, no sólo los vecinos de Arcera, sino también de otros pueblos como Matarrepudio, Quintanas de Hormiguera, Sotillo, San Vitores, Valdeprado, Moroso, Candenosa, Navamuel, Rasgada, San Cristobal, Bustillo, Reocín y Los Carabeos.
El río Polla en el tramo entre su nacimiento y su desembocadura en el Ebro a la altura de Bárcena, unos seis kilómetros aproximadamente, llega a tener hasta diez molinos, lo que demuestra la importancia que tuvieron en el pasado para la vida rural: el molino de Ambrosio, el de Perruiz, el de Polla, la Fábrica, los de Reocín y Bárcena.
El molino consta de varios edificios: el principal en el que antaño vivían dos familias; el molino viejo, más pequeño, que aún funciona y otro edificio próximo donde se encuentran la cuadra y la panera.
El molino es de rueda horizontal porque, aunque el río Polla tiene mucho caudal, no tiene mucho salto. Aprovecha sin embargo, la fuerza del agua no sólo, para mover las piedras del molino, sino también para limpiar el grano y cerner la harina; se utiliza además para activar un complejo mecanismo de sierra e incluso llegó a tener una pequeña dinamo para producir electricidad.
El entorno del molino ha visto pocos cambios: el puente junto a La Fábrica, de madera y hierba, pasó a ser de piedra; la carretera terminó siendo asfaltada; apareció el Coche de Línea y el ir y los vehículos de tracción animal fueron sustituidos poco a poco por los automóviles.
Aunque el molino ha conocido varios molineros a lo largo de su historia, Victor y Conce son los que viven y han trabajado en él durante estos últimos años.
Victor aprendió el oficio de su padre Francisco, que antes de molinero traía y llevaba el ganado desde Cabañas de Virtus a Pozazal y que posteriormente adquirió el molino de Polla. En las cuentas heredó Victor el molino y el oficio. Años más tarde compraron "la Fábrica" y ante la imposibilidad de trabajar en ambos molinos decidieron con mucha pena vender el de Polla.
El molino dejó de moler a diario cuando "se dejó de sembrar", en los años 60‑70, aunque nunca ha dejado de moler del todo y actualmente se conserva en perfecto estado y se pone en marcha de vez en cuando para moler "para casa o para algún encargo de los pueblos del entorno".
El molino principal tiene dos piedras de moler y otra el molino viejo. De las dos piedras, una es "la del trigo", que se utiliza para hacer harina para el pan y la otra "la del pienso", para comida de los animales. La piedra del trigo es francesa, de piezas, mientras que la del pienso de una pieza entera es de Brañosera y pesan unos 500 Kg.cada una. Las piedras cada medio año aproximadeamente se tenían que picar para que el dibujo de la piedra moliese bien el grano.
El trabajo del molinero era oficio duro y sin descanso. Desde agosto con la trilla hasta octubre y noviembre se tenía que moler día y noche. Recuerda Victor tener que moler incluso la noche de Navidad. Por eso la única forma de compaginar el molino con el resto de tareas: los animales, la huerta, la tierra, los praos, los hijos y la casa, era moler a turnos con Conce, que también ha tenido que aprender el oficio.
Primero se limpia el grano en una máquina también movida por la fuerza del agua. El grano una vez limpio se echa en la tolva y se abre el paso del agua para que el rodete y con él la piedra giren, de este modo el grano poco a poco al rozar la piedra volandera con la piedra fija se va haciendo harina. Si se quería, se podía cerner la harina, es decir, separar la harina del salvado, en otra máquina diseñada al efecto y movida también por la fuerza del agua.
Se molía trigo riete, trigo colorao, blanco, moruno, trigo mayor y el trigo mocho, que se sembraba en tierras piqueras, llenas de cantorral, pero, que sin embargo, hacía un pan muy blanco. También se molía lo tardío: ricas, yeros y alholbas. Aún recuerda Victor que el primer carro que molió en La Fábrica fue un carro de Habas de Candenosa. Otros cereales como el centeno, la cebada y la avena se molían en menor cantidad, incluso en alguna ocasión se ha llegado a moler maíz.
"Cuando lo del estraperlo, los Delegados precintaban la piedra del trigo con un papel o con un alambre y no se podía moler durante quince días o hasta que volviesen. Entonces se molía de noche en la del pienso, aunque la harina saliese más negra, porque la gente tenía que dar de comer a sus hijos". Una vez, recuerda Victor que se confundió y echó a moler la del trigo en vez de la del pienso por lo que se rompió el precinto, "pues que sea lo que Dios quiera y a moler, hubo suerte que no volvieron". La harina la llevaban con bicicletas a Pozazal y a Los Carabeos; y de allí a Bilbao a través de La Robla.
Lo que el molinero cobraba por sus servicios se denominaba Maquila, un cuartillo por fanega, aunque últimamente se cobraba ya en pesetas, 20 pts. los 100 Kg. si se acarreaba.
El Acarreo, consistía en ir a buscar a las casas con un macho el grano para moler y la harina una vez molida se les volvía a llevar de nuevo a casa. Costaba 2 cuartillos por fanega (1 fanega= 42 kg.). "El mayor error ha sido ir a acarrear con el macho por los pueblos", se arrepiente hoy Conce, "porque no merecía la pena ni por el tiempo ni por el trabajo que daba".
No parece merecida por tanto, la mala fama del molinero, "ningún molinero tiene nada, por ahí no me condeno" afirma Victor y cuenta que en cierta ocasión uno le recriminó respecto a la harina molida y el grano que le había dejado y le contestó: "véte a otro molino, cambiarás de molinero que de ladrón no".
De destacar es el bosque de ribera de chopos y sauces, que serpentean dando sombra al río Polla junto a la carretera camino Pozazal. Son de interés también tres cerezos y un nogal añosos y el bosque de roble enciniego del Montezucu. Las cuevas de la Blanquilla y los restos fósiles de época jurásica que por la zona se encuentran.